Por las prisas, la rutina, por una mala iluminación o, sencillamente, por unos malos hábitos y costumbres, hay descuidos y errores muy frecuentes que tendemos a perpetrar a la hora de maquillarnos.
Los errores en maquillaje son frecuente y comunes, y se cometen, en la mayoría de los casos, con el único objetivo de exagerar un efecto. Incluso empleando productos de maquillaje profesional es posible incurrir en un error, lo que pone en evidencia que la causa de un mal resultado no es, generalmente, la calidad del cosmético, sino el modo de aplicarlos.
Cuando se trata del rostro, muchas mujeres olvidan la regla de oro: menos es más. Esta regla puede evitar que cometas algunos de los errores más comunes.
Por ejemplo, a la hora de elegir la tonalidad del look, es muy frecuente decantarse, tanto para ojos como para labios, por tonos exagerados que proporcionan varios focos de atención en el rostro. Además, otro de los errores más comunes es escoger un fondo de maquillaje inadecuado para el tono de piel, o hacer un mal uso del producto.
Para que conozcas y evites los errores más comunes en maquillaje profesional, te presentamos un pequeño ranking. Grábalos en tu memoria y no los cometas.
¡Estate atenta y toma nota!
1. Efecto mapache
El mal uso de los correctores e iluminadores suele ser uno de los errores por excelencia, y es que un uso excesivo, una mala aplicación o un mal difuminado de este producto puede generar un ‘antifaz’ blanco mucho más claro que la piel, exagerando aún más las imperfecciones que en su origen queríamos ocultar.
Además, un corrector demasiado claro resaltará el tono oscuro de las ojeras, y la base posterior no obtendrá un aspecto natural, creando una separación en bloque de los colores.
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2. Caretas y efecto anaranjado
Una base mal aplicada, utilizar tonos mucho mayores al tono de la piel o usar en exceso polvos bronceadores con un maquillaje anaranjado se posiciona en el segundo puesto de los errores más habitual.
Para obtener un resultado de maquillaje profesional es primordial tener la piel bien hidratada y preparada. En segundo lugar, si lo que se desea es conseguir un acabado más bronceado, hay que usar una base del mismo tono que la piel, y dejar que los polvos bronceadores hagan su trabajo.
Y por último, y más importante, hay que recordar que no sólo hay que extender el fondo de maquillaje en el rostro, sino que también es necesario cubrir el cuello, el escote y difuminarlo bien. De lo contrario obtendremos un resultado artificial y el popular efecto careta.
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3. Labios desbordados
La última tendencia en maquillaje, los labios voluminosos, ha provocado que, en muchas ocasiones, tratemos de llevar a cabo unos pequeños truquitos con el objetivo de crear este efecto óptico, pero de una manera inadecuada.
Perfilar los labios con un color más oscuro al que estamos usando como labial o exagerar el marco de los labios dibujando unas marcas muy gruesas, desviadas o imprecisas, es una de las técnicas que muchas mujeres emplean para agrandar los labios, pero no es la correcta, y mucho menos recomendable.
De este modo, para que no se note el trazo del labio y no se modifique demasiado su forma natural, utiliza el mismo tono, o uno inferior, al utilizado para el labial, y procura perfilar con cuidado y realizando una línea muy fina.
Imagen de Revista Ohlalá
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4. Ojos sobrecargados
Los ojos forman parte del rostro, y constituyen uno de los principales focos de atención. Es por ello que resulta imprescindible prestar mucha atención a su maquillaje, que en muchas ocasiones suele ser excesivo.
La aplicación de un eyeliner favorece el aspecto de la mirada, pero cuidado con enmarcar el ojo con una línea imprecisa, dispareja o muy gruesa. El correcto uso del eyeliner determinará si tu mirada se convierte en penetrante o desproporcionada. Hay que tener en cuenta también la composición del producto, pues un delineador líquido aplicado en la zona inferior del ojo puede llegar a suponer un problema si no sabes cómo hacerlo.
Por otro lado, una incorrecta aplicación de la sombra de ojos, así como la mala elección de un color, también puede suponer un error en el maquillaje. Las sombras de ojos hay que difuminarla bien, sin dejar cortes marcados, además de adecuar el color al momento del día y la ocasión.
Y por último, ¡no olvides las pestañas! El abuso de la máscara de pestañas, la elección de un producto inadecuado o la aplicación de forma exclusiva en las puntas son otros de los errores más frecuentes.
La máscara de pestañas debe aplicarse de la raíz a la punta, dándole volumen, evitando los grumos, y descartando un efecto artificial y poco favorecedor.
Imagen de Revista Ohlalá
5. Demasiado colorete
El tono del colorete es la clave para proporcionar una buena imagen y un aspecto saludable al rostro. Sin embargo, excedernos en el uso de este producto sólo puede desembocar en dos situaciones: muñecas o payasos.
Para evitar estas situaciones, escoge un tono favorecedor y extiéndelo en la zona del pómulo, de forma ascendente y no muy pegado a la nariz. Para situarlo puede guiarte por los ojos, dando comienzo al trazo en la mitad del ojo.
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